sábado, 25 de julio de 2015

Gato

Hola color rojo, estás ahí filtrando luces desde hoy pero no te permitís un descanso. Pienso, luego exijo. Un descanso, un retiro espiritual, una gota del tiempo sin color rojo, ¿se desapasionaría todo demasiado? Vacaciones tiene el pie cuando sale de la bota. Vacaciones pido para nuestro colorado amigo que ornamenta las flores, los besos, y toda la tintura caliente que nos abraza desde adentro. Insisto, aunque sea su gama más débil. Repito ahora, que mi piel ha entrado en conmoción luego de la caricia maléfica de las uñas del gato, y nace ya lo rojo desde yo mismo, yo que imploro este ensayo de calma, en contraposición a las turbinas de ronroneo que me infunden amor así como recién sus uñas me desfilaban imparables. Siempre miré al gato sabiendo el futuro, pero nunca ví al gato. Veía sólo esa hermosa relación entre el gato-suceso y el yo-por-suceder, con el rojo entremedio. Al gato lo ví venir, a sus uñas, las miré acercarse, pero ya expliqué todo. Imparables. Ahora, me pareció menos imposible pedirle vacaciones al rojo. Como en un sueño plagado de colmos. Esquivando colmos como conos. El dolor duele, y las preguntas se preguntan solas. Y mientras me rasco la nuca por no rasgarme lo rojo, las preguntas siguen esquivando los conos que le planto. ¿Cómo será mi piel junto a tu piel? ¿Cómo afinarán nuestras risas al intentarse coro? La llaga roja se procede a sí misma y la luna sigue dando vueltas como siempre. Una vuelta más y no jodemos más, diría yo si luna fuera. Luna fuera. Sangre Adentro. Gato arriba, tranquilo por ahora. Una mano libre, la que escribe. La otra mano, roja. Y los conos del futuro, la piel de gallina, y el gato influenciable por la electricidad de lo que pienso. Magnate de los elementos, este gato. ¿Todo estará bien o todo estará mal? ¿Para qué estaremos definiendo estos espesores que luego habrá que sortear? Comos que se vuelven conos. Conos, conos, conos. Te imagino dulce gambeta. Te imagino orinando la periferia llena de conos derribados. Te imagino muriendo de una carcajada. Te imagino jugando al ajedrez. Yo avanzando peones a cada turno, y vos cabalgando de risa, tirando diagonales, mirando todo desde una torre, construyendo otra torre. El rey y la reina, pateados del tablero hace mil años. El gato, magnate de los materiales. Agosto es un mes atómico. Tu sonrisa, poliuretánica. Tu beso, polietileno. Me imagino un gato rojo preguntando, ¿Adónde van tan rápido, adónde van tan lejos? Me imagino al gato magnate aclarando: El aire es un orificio acromático por donde bailan las guerras de mis garras, por donde hurto mi huerta, por donde soy un gato magnate de gestos acrobáticos y que vuela por no caer. El gato huye en vuelo propio. Me deja todo rojo. Me deja completamente cónico, y se va.

sábado, 11 de julio de 2015

Puntualmente no lo sé

Puntualmente no lo sé
si hoy lloré estancado entre tus manos
o si lloré hoy estaqueado en tus pies

pero andaba yo de ser desafinado

desandaba mi lengua un texto de violencia
y pedía rasante la gota de mi llanto
un coso que breve se ponga a amenizar

no me maltraten
estoy desatándome los ratos
deshilando los cordones que me atan a la zapatilla
desfilando los rayos por alguna pasarela infinita

¿de dónde salen esas brisas
para que no llore yo más?
¿de dónde las luciérnagas noctámbulas?
¿para cuándo algún algo más
que reverdezca lo lunático
de un lunatizador de la tiza y de la luna?

El niño es un bosque inmenso
le sangra una luz de velas
de veras le sangra la luz
un ángel de hambre que tiene hambre
entre carteles amarillentos que se suceden
"seamos libres que los demás no importan nada"
no me maltraten
grita el niño de la historia
yo le ofrezco mi peldaño
lucís como un mundo, le digo
como la flor más bonita de Santo Tomé
como el árbol de nísperos que alfombra al otoño
le digo, le digo, le digo
que por más cielo sea el terreno donde lo busquen
jamás olvides tus alas, niño historia,
no te desprestigies nunca, le digo
deciles que no a todo, o que sí a todo
pero salí corriendo
que te espera por acá
mi más puro abrazo

no soy yo tu plateísta
menos que menos
no sos vos mi idiosincrasia
más que más
somos una nada como dos puntos que somos
pero inyectados en el espacio
somos la equidistancia entre las medusas
esas que profundizan los océanos 
con sólo despertar
y desligarse de la costa
con algún misterio metido en la esperanza

viernes, 3 de julio de 2015

Suelo

no puedo esperar el frenesí de lo desinventado sin reclamar una palabra al diccionario. el grano rellena al poro embebido en la bebida intento de ironía pública, a eso deploro con mi cántico y me vienen los dichosos con sus esculturas de papel y me viene Dios de quien se sabe "no sé si se existe, pero para qué vamos a descartarlo". Qué centurias fueron éstas, las que dominaron últimamente nuestro territorio o qué territorio éste, el que estrujó nuestras centurias vecinos en guerra incendiándose las primaveras pero cuando las flores se regalen a cada esquina ocurrirá tal vez la guerra de la bencina al delantero, metegolista metegolero, no saben ni llamarlo tratando de tararear al atareado tratado se me hace el vanguardista de la vergüenza y me harta los cuadrantes dimensionantes y los márgenes imparables. me acomodo los sucesos y te incomodo: ¿traes tu propio paisaje? ¿tus sonidos propios también? ¿acolchonás tus derrumbes y el barullo de tus roturas? flexibilización ya para los tubos por donde viajan tus nervios libertad ya a todos tus tequiero ay mirada tuya, que tantos la vitorean pero quién ma salvaguardará de sus títulos y sus obtenciones cuánta pondré garra al enfrentar de los declinadores (y el reglamento de los declinadores) si declinada tu boca hace victorioso a todo enjuiciamiento si declinado tu aliento (inclinado aliento, y fogoso y victorioso) vencerá a los vencedores en el mundo de los quiénes todos saben quién es quién
pero nadie cuál es cuál