viernes, 28 de abril de 2017

Le mir ostobo surunu

Una llama que miente, me mira desde el agua.
Tan alta está, entre dos rodillas y mil peces.
Tan envuelta en los silencios de la mar, que estaba serena.
Serena, serena estaba la mar.

Una obra metalúrgica, trepar hasta tu cuero
Ser soplido de los montes, ser alambre de la luna
Ungido como suero de lluvia sobre la tierra seca
Que encajona arroyo, que deviene río, que alimenta la mar, que estaba serena.
Serena, serena estaba la mar.

Al trote no llores, que llega el momento de corregir tus horas.
Triunfarle lo Saturno a la noche nocturna
Deshacerle Urano con sigilio al día diurno
Y que su jungla de lo disjunto acaricie el ambiente de mono.
Llanto que llora la ley de la escritura
Escultura de letras como aceite de tunas.
Ligera, pequeña y digerida como su sal
Sal de la mar, que estaba serena.
Serena, serena estaba la mar.

Tan tumba de mi vida
Tanto que te debo un brindis
Y te deberé durante toda mi muerte
Que me he muerto sin tu culpa
Sin recintos llenados de presencia tuya
Sin palmeras a la vista que reposen sobre tus espaldas.
Sin esos mecanismos del paisaje por lograr un cenicero rotundo.
Sin una bella mariposa comunista, de párrafos cristálidos y plateados.
La plaza es de los pájaros.
Los peces de la mar, que estaba serena
Serena, serena estaba la mar.

Una sapo muere a palazos cada día
Y cada noche sueña con la cabeza partida
No sea cosa mucha ni sea cosa buena
Una orientación desubicada de una plataforma de piedras.
Lo que me queda de ausencia entre tropiezo y tropiezo.
Un ciclo de frustración, vuelco y treta
Y sin embargo permanezco permanente
reflejando el contenido de algún cielo
perforando una nada con hábitos de miel
y lanzándome en salto desnudo a este vacío
dondequiera sea que éste termine
por debajo estará la mar, que estaba serena.
Serena, serena estaba la mar.

martes, 25 de abril de 2017

El próximo jueves pasado

Dónde están las bocas de los avispones que me pican poco.
Hagan el invento, intentadores, de mordisquear el planisferio por cada uno de los polos.
Hagan el intento, inventadores, de jugar a los colmillos con el hielo del glaciar.
De navegar hasta que no quede ya más mar.
O que ya no den más ustedes de naturaleza.
Ay libro sin hojas, no valores tanto al viento.
Aquél te voló las notas, que ahora reposan en su aliento.
Pero vos ahora, libro vacío de pareceres.
Te queda un corazón infinito, lleno de Dioses.
Con bandera patafísica por tus callejones.
Viento gélido cuando verano.
Hirviente otoño en cuanto viento.
Retira el núcleo gustoso de la habilidad de hablar.
Hallen ahora lo que hablase, aventureros de la propulsión.
La comparsa mortal se predica sola y sin preludios.
Entre mi tuyo y tu mío, entre nuestro nosotros
Que de ellos, será nunca.
Te abrazo crujiente, estómago de mamadera.
Bombardero de mi esperanza bajo misiles de mieles.
Tendaderal de tenderos para el tendal.
Y yo que me masco la razón.
La razón en desgobierno.
El mandato que se me escurrió.
Si un Pugliese desfigurado no pudiera silbar un Tango
Menos yo cabría en esta pulsión de piletón.
Si el especímen del trigo que te digo.
Había de lucir al pueblo en la vertiente
Si había que ir caminando bajo un bemol
Aborreciendo a lo biótico y su comandante
Gestando cada tuerca para el motín
Derribando serpentinas septentrionales
Que las siento como candado sobre mi nariz.
Mi método médico fallando por los costados
Vistazo al costal de los folletos que vislumbran mis carencias
Un zarpazo de remo falluto pero gallo como ninguno.
Mínimo niño de arroz, o niña de molino
Me abarcan la barca cual rayo solar.
Cual rato lunar entre cosquillas.
Enseñanzas de la madre cereza.
Puesta a plotear verdades en el shablón de mi estampar.
Viva el cumpleaños de esa mesa.
Adonde esté apoyada nuestra paz.
Dejémoslo por acá.
Que hoy es más temprano que ayer.
Y nunca pude hacer nada.
Sin intentarlo después.

En el andamio

Piezas de sol
Encastran exactamente entre tus pupilas
Amanezco atareado, jugando al rompecabezas
Una mano imaginaria sale de mi frente
y arma el juego entero sobre tu cara

Me vuelvo loco al saber tu nombre
o que en un rato te da sed
y te recito un tecito
y me digas que soñaste
que la muerte es un cachorro tierno

Y yo que soy renglón febril
de un poema enfermo
Tuve el sueño de una algarroba
que mimaba al rinconcito de un pincel
con tinta fresca que aún pintaba

Un dialéctico rival
Sueño del uno, sueño del otro
Gorriones trepidantes de selvas anónimas
Pueda ser éste
el escrito más inútil de mi abismo

Yo tendría que haber vivido cerca de tu cuadra
Yo tendría que haber ido a tu escuela
Sentarme junto a vos en la primaria
Aprender a escribir a tu lado
Una cartita intensa

Pero hay gente con gesto de lechuza
Abanicos que desordenan el aire
Ecos que desmienten al grito
Y finales como éste, inexacto desde antes
Del estado inflexible de su hacedor

domingo, 23 de abril de 2017

Estribillo

Hay una gota de agua que renunció al mar en mi salsa de soja. Su inicio y su trayecto son difusísimos, pero me produce fuego en la cabina de mi lengua, como si un paquete de dioses llegara un día a la casa del ateo. Tal cosa es como mirar tal lejos. Una lágrima de mi sustancia que renunció a a la sal. Rabiosa como quien tiene sexo con sus dudas, y se queda esperando lo que ya sucedió, pequeña como el pez irrisorio que desconoce los costados de la pecera. No me charles de dioses, que Dios es uno y está gagá. Dios, ese hombre que vive incrustado en una planta, y en las demás. Con los ojos trabados entre las hojas, con el alma metida también adentro de un perro, y de todos los demás. ¿Y qué si así fuera, y qué si así no? Dios como estribillo que no rima con ninguna melodía. Me tocó ser confuso, admitamosló. Pero hay cierta metodología en este quilombo, así como hay cierta meteorología en los suburbios de la calma. Aparentemente imposible despojarme de algunas ignorancias. Será en mi día final que me despelleje las carnes intentando buscar alguna verdad por debajo de la piel. Como si algunas respuestas se hubieran exilidado en mi interno contorno, como un largo papel. Y por fuera la totalidad del cuerpo enmudecido, con la sola excepción de mi lengua ciega y sorda. Habita en esta persona un monstruoso que se propone dictar teoría cuando el alma se hace la ruda pero pone cara de pedo y en la práctica es una naturaleza lastimada. Uno no hace más que transitar los límites de su misterio. El entusiasmo religioso de la limitación humana. Si cuando duermo tengo un ruido en la nariz, si me asombra toda luz, si las noticias me son hondas, hasta mi espacio más último, la curva de mi caverna.

sábado, 15 de abril de 2017

Desaceleraciones

El carpintero que soy yo serruchaba como un serrucho.
El pájaro alado al lado me silbaba baba.
Una urraca tozuda, simbólica, de vuelo raso, pero sin vuelo de ahora.
De pico que raspa, como pájaro reposando en el pensamiento.
El carpintero que soy yo piensa:
Todo el tiempo estamos construyendo ganas de hacer pis.
Lindo día para curarse de algo.
Me equivoco permanentemente.
Un pájaro canta hasta morir, el árbol ergo deviene féretro.
Y si en vez de serrucho llevaba yo alas, el zambullido era yo.
Una cuestión de atuendos.
Al que murió de un tiro le vaciaron un cartucho de disculpas.
Habrá pensado el pajarito
Apuntá mejor la vez que venga.
Apuntá mejor la vez que vengas.

Ansiando el amasijo ese amaino la vaina
yo que soy árbol de tronco sólo
yo que gallo de pico raudo
yo que traigo traído mi residuo
y una epopeya de avanzada
protegida, la indefensa
como uña xxxxxxxxxx entre dientes
a fuego lento asaré mi mambo
que vuelta y vuelta se arrebata traidor

Mientras:
El fuego se mancilla en la fogata.
Mi almuerzo desentona rúcula.
Se me traba la herramienta.
Entre lienzos de madera.
Que juegan al liderazgo.
Evitando la cuchilla.

Una vez en un bar escuché:
- Tipo: "Quiero un sánguche de sal"
- Mozo: "¿Dulce o azucarado?"

Dios es. Múltipl chóis:
- Fosforescencias.
- Contemplación suprema de una faena de boludos.
- La posta de la milanga
- Un collage como éste
- El que armó el mundo, es decir, el autor intelectual del armamento mundial. Obviamente contratando flete pues las armas las carga el diablo.

No se si me pasó esto ayer
o hace cuántos años de que yo
me impregné de un conocer:
somos inviables
somos incurables
somos iguales al azar
idénticos al albedrío
somos una espuma
estrujando piedras en el mar

Intitulo el infortunio
informe del infierno 
resalto el resultado
gestando la proeza
la virtud encadenada
abrigándome de vicio 
remontando broches sobre mi ropa 
una cascada de decires que amedrenta
sáquenla de mi sangre
yo no uso casco para cascotazos
me abren la cabeza en tajos
se me hunde para afuera el hirviente
mi cerebro infundido en el mundo
sobre mis dientes que amanecen una siesta

El pájaro carpintero
me empapa con nubarrón
me trasciende la estadía 
me estaquea la mirada
en el medio de la mitad

Necesitas flashear en este día gris?
tengo la disolución para vos
tomate un carqueja
como catequesis que quema tus venas
un catéter de potasio
una gota de esperpento
de mirada estenopeica
un corazón de cráter
la envoltura de tus tetxs
enroscar ese corpiño
con mi mejilla más soñadora
un tirano de titanio
una aguja en el tiempo
se me clava en el futuro
me asesina la eternidad
quisiera ser hamaca para tu niña

cuando me mira el ojo tuyo
se me vuelven los vientos
se me vuelan los techos
se me desprenden los pieses 
acostumbrados al mal cemento
miro con cuidado
los vaivenes empedrados
del adoquinado porteño
no sea cosa
un aterrizaje forzado 
me parta la tibia 
el peroné luxado
ya estoy listo desde el cielo
las estrellas que me miran
como el búho trasnochado
con sus ojos de atardecer
a mil soles les decimos estrellas 
sólo por estar más lejos