sábado, 26 de marzo de 2016

Paralelas mentes

"¿Qué estarás haciendo? No  me refiero a lo que se ve, a lo que veo, y vemos todos. La normalidad actuada no es tu fuerte, y eso que no te conozco. Tus ojos huyen del trayecto que planteás como mapa. Fingís que vas a mirar a tales ojos y les escapás. Sos capaz de enfocarte minutos enteros en el cierre hermético de la heladera que está lejísimos de la conversación, y tan fría, y tan peligrosa para los pies descalzos. No se si te sacaste los zapatos o si ni trajiste. Me parece que te estoy mirando demasiado y planeo ir a buscar unos hielos para hacerme el que me interesa otra cosa. Y de paso si estás justo evadiendo observaciones me heches un vistazo. Hago un ademán de arrancar pero me vuelve la pregunta que me deja quieto ¿Qué estarás haciendo? En tu escondite, digo. Alejada de la cáscara de contestaciones que pasa desapercibida a los preguntadores. Alguna preocupación puesta en inventarte rasgos para la ocasión para seguir siendo invisible. ¿Y el resto de la energía? ¿Abrazando qué recuerdos? ¿Implorando qué mañanas? Quisiera una pista. Un acontecimiento mínimo de tu realidad me la daría. Pero estás impermeable a este mundo. Este mundo tan irreal, y demasiado eterno. Quisieras tener tu cuerpo ahí donde está tu corazón ahora. "

"¿Qué monstruo requiere tu literatura? ¿Planeás sobrevivir a esos pasos rengos? Ordenate las huellas primero a ver si de repente decís un audio. ¿Tanta vitalidad le das a la amnesia? ¿Hasta cuándo seguirás ensayando los elixires del reconocimiento? Hablá fuerte y de frente que mi fonoaudología es un tugurio."

martes, 22 de marzo de 2016

Luego. Hasta.

La remera huele a rabas y tiene telas de oficina, y se pierde como el velero dueño de la brisa. La despedida del puerto que se va. Toda la velocidad se ve torcida por la ballena primera. Una pausa. El mar ofrece su detener entre condenas. Los marineros se arrojan al ahogo en sus extremos. La vida inolvidable pierden al olvidarla. Durante el ahogo no hablan entre sí. Despiden sus burbujas y se entremezclan con otros peces. La ballena queda lejos pero va a venir. Queda pendiente la explicación de ella. Que despide agua que trasluce al sol que calienta al mar que se explica solo. Los desabrigados reposan en su playa y de esto no saben nada. Las nubes se ven tontas cuando pasan por acá. Y me olvido de seguir.

viernes, 18 de marzo de 2016

Especímenes

Mosquita piantavotos se me hunde en la oreja. Muchacha lanza horrores y se invita a retirar. Mi entender es revivirla. No es tan fácil. No está fácil. Es dificultosa. Es dificult culposa. El reclamo fue así:

 - "Pará de usar pronombres indefinidos."
- "Uso poco y nada".
- "Mentira, usás más"
- "Ninguno"

Quienes recorren el mundo caminan en círculo. Es un hecho. Agarran al mundo de la cintura, y se deslizan. Los malheridos quisieran pero no pueden. Los caretas pudieran pero no quieren. El frescor abandona los escondites comenzando por el infierno. Pregunta mosquita de nuevo:

- "¿Un corolario para qué se consulta?"
- "No me hipnotices con alicurnias."
- "Tanto manto santo, que canto espantos."
- "Sacrílega la forzosa Buenos Aires que nos amamanta."

Mendrugo. Sobra. Café.

Ceremonial naranja. Ví surcos de vid. Vi un mundo surgir y mi cerebro se trasladó allá. Ruina por aquí. Hipopótamo hipoteca hipo. Un cartel. Marcaba la aurora o la conciencia de alguna Catalina. Siete cigarrillos me separaran del octavo, si fuese fumador. Pero esta vez tampoco no sucede nada. Una noche sentí hermosamente, y pudo haber sido ésta. Esa noche un lugar en mi corazón bailó como pez. En mí. Vi un mundo surgir y mi cerebro se trasladó allí. Había colinas y un grupo adentro. Alejarse de los sonidos aminoraba en la música su movimiento. Pero los decoraba igual con sus neuronas críticas a la epifanía del silencio. ¿Pueden los dientes ser contornos para esta fiera? Se preguntaba con su único pensamiento al unísono. Ganó la voluntad del dubitativo, porque en su caos era candidata lista única. Singulares asambleas monoambiente que alborotaban unanimidades de un solo voto. Metal de la sombra. Sendero de colmillo. Su truco me coloniza el cogote y me pianta el ombligo. Desde allí que un túnel de humano coloniza en mi cabeza. Habitáculo de mis escribires. Fiero dorsal donde averigua, ¿boca, pico o bronquio? Sed de la esquina donde calman las aguas. Esquirla donde se recuesta el beso. Donde salen los miedos temblando amores. Donde miento. Donde tomo fernet. Donde obtengo la atención de la intención de tensionar: El pie se inventó antes que la zapatilla.

emeporté. No me metas en el medio. No te tetas en el tedio.

Me agarró el sueño de una mano. Me agarró el sueño y se quedó dormido. Como un algadoncito herido. Como un alfajor enmudecido. Se quedó dormido en mi mano mi sueño. Como un heróico sobrevivido. Como mi ser rejuvenecido. Se pinchó con noticias como sorprendido. Se endureció los abismos. Repitió lo del desinfle repetido. El procesar doble del oxígeno entrometido. El pi por radio en su fonética de proeza perniciosa cual precisa pericia preciosa. Ay de los acutángulos que se asomen. Asombro por el escombro, degluterán en sus espacios. Diciéndole de su mate, que lleva la bombilla embrutecida. Los esófagos abecedarios. La garganta sosteniendo un fa sostenido. Preguntándose la pregunta que siempre llega: ¿correcaminos o trotamundos? Y ya no sabés ni decir te quiero. Se te olvidaron los ademanes. Ya sabés que miento. Que tu cinco le gana a mi cuatro. Pero tal vez no esta vez. Tal vez traigo un seis ganador. Oro ni a palos, mi espada es la copa. Al tabique rendido le presto mi paso. A los manteles enllagados que cubren su mesa. Vos en una esquina, poemita, fumándonos a todos y dueña del mazo. Voz de alarma que prefiere a los despiertos. Vos, alarma defendedora del incendio. Balas al señor del tiempo. Medio me oigo. Tedio te odio. Modo eso, y todo eso.

sábado, 12 de marzo de 2016

Monólogo Revelador Escuchado por un Niño

Dijo un Cangrejo, de espaldas a la palita de juntar arena:

"Hoy me tocó ser cangrejo y la reputa que lo reparió. Se ve que los forros están de moda. Porque ahora somos todos igual y cada tanto toca Cangrejo. ¿Sabés lo que pienso de la igualdad? Que es tan ecuacionante! Que apenas la miro ya me pienso que me sé la verdad. Y no es que no me comparta lo que resulte. De hecho me resulta compartible y aquí me tienen monologando para detrás.

Tengo aglutinada mi almita entre esta coraza color caramelo, mis pinzas trenzadas al cielo, mi andar inmerso en lo invertido. Como si mi reloj se preguntara: Qué pasó mañana? Qué dicen los periódicos de que no traigo mi período conmigo? O si fuese un link de un Cangrejo? Haga click aquí para morir. Pero este es un lenguaje demasiado rígido y oscuro para que lo entienda el niño éste de la palita que tengo al lado."

El niño construía un castillo y observaba. La arena había crecido en lo alto y se erguía como una mampostería en la que el ojo niño espía hacía gala de sus propias pinzas. Amenazaba a la clandestinidad del cangrejo parlante el par de orejitas aprendedoras que todo el mamotreto de párrafos adivinaban.

"Igualaciones, niño, a que me refiero son las de la incógnita equis. Reinas del veneno matemático. Renacuajos del adjetivo mentira. Nadan sobre lo alto de la lluvia. Dejan caer del polvo que les sobra. Tienen heridas jóvenes que no se pueden curar. Es esa su verdad kinesiológica. Su destino de nieve temporal. Dos toboganes y un trébol de mala muerte. Mis variedades, mis causes sin causa. La razón de mi runa. Mi totem político. Quien me guía los pieses. Me finge los músculos. Me contrae los tendones. Me despedaza a pasos. El coxis de mi condena vertebral.

Tus manos son dactilares, niño. Tus dientes se pueden cepillar. Una vez ví mi brazo y  lo consideré inevitable. Y aquí me ves ahora, hecho pinza. Pero no soy raro, niño. Raro es quien raramente se enrarece. Una vez miré al sol y dije, de cuáles luces se compone esta guirnalda? Sin creer que no era más que un yeite para masticación de los terricolarizados. No seas enfadable, niño, que no hay besos parciales, y nada se puede entrenar. Que tengo amarillo en los dientes y yo no me puedo cepillar. Con pinzas no. Así no me puedo cepillar."