lunes, 25 de diciembre de 2017

Inmediatez

Hace mucho que no escribo
Lo que
Hace que no escriba mucho
Lo que
Describe que no hago mucho
Lo que
Es reciente, se re siente y se resiente.

Unos textos posibles que han faltado:

Acerco la mañana a tu boca,
El sol ya te lame la cara pero vos todavía vas arrastrando a la luna en un bote de tus pensamientos de mar.
"Se desconocen las causas de la muerte" - tu boca dice eso antes que buendía
"¿De quién?" dice la mía
"Hablo en general" dice la boca arremetiendo así al bueno del día

"Encontrarte en la marcha, eso si que es movilización." - Pienso que pensé
o bien,
"Amanecí, que no es poco. Somos un idioma, y también su contrario girar. Convoco al futuro de esta lengua aquí, a su redacción pegajosa aquí y ahora."
o tal vez,
"Yo no busco la felicidad
Que ella me encuentre a mí
Si puede."
o quizá,
"Todo lo interesante me importa un pito."
o sino,
"Yo dejo la mugre a la vista y al que no le guste que huya o ayude a barrer"

Pero algo pasó, o mas bien nada pasó, y ya voy en el subte.
Siento que allí hay un hombre que tiene algo para decirme.
Voy y le digo:
- "¿Qué?"

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Alunizaciones

Las mismas sábanas, los mismos ácaros
Los mismos besos que se afanaron
Entre pétalos de geranio y suspiros
Tangentes a la turgencia
Revoleados por el planeta
Asediados por el horizonte solamente
Y entre tantos besos cuantiosos
Ese beso último
Como un caballo recostado
Tan distante a la luna
Como un termotanque de miel
Dulce e inconcebible
Como una cicatriz en el cuerno del toro
Ajeno y doliente
Como toda redención

domingo, 12 de noviembre de 2017

La piba de la birome

Cien fórmulas ciertas
Mil sustantivos diminutivos
Durmiendo entre los platos
Entre lagos de silencio
Por sendas sendas de su perímetro
Aparece tan delicadamente por una costa
Tan deliberadamente por la otra
Así de duplicada, así de rabiosa.
La piba de la birome
Qué hermoso su nombre!
Ella escribe con tintas de membrillo
Escritos que no leo sino lamo.
Y al final del banquete me chupo los dedos.
Uno por uno y en secreto.
Hurgando entre las uñas sus letras perdidas.
Y se me dispara la glucemia hasta Dios.
Cada perspicacia de mi miedo se arrebata de a tirones.
Tal miedo a decírselo,
Tal miedo a no decírselo.
A ella y a su nombre tan precioso.
La piba de la birome.
Así como el escarbadientes
Husmea humilde en los pasillos de la muela
Así mi ontología arqueológica de palabras
Mastica capas y capas de interneses
Hasta dar con su cofre de párrafos incendiarios.
La piba de la birome:
Flaca contemporánea!
Ví tus fotos también.
Y entendí que tus ojos pueden ser aún más estridentes
Y pudientes, y dementes, e insolentes
Si se los contempla desde el lado de adentro
Para afuera. Para afuera. Para afuera!
Cada evento de la torpeza se me esparce sobre la cara.
Un rubor sobre mi mueca.
Un motor sobre mi ansia.
Absorta la misma cuando absorbe los frutos de la fruta misma.
Esa que nace de tu toda.
Tu cara toda, tu cuerpo toda, tu mente toda, tu alma toda.
Tu corazón toda, al que no lo conozco yo.
Ni a su situación ocupacional,
Ni a su agrado sagrado,
Ni a su rumbo genérico
Ni a su cubicaje de ganas.
Sólo se que desde aquel suburbio que te bomba la sangre.
Te nacen sulfatos de sigilo.
Te vibran los ojos de pomelo.
Y ese atisbo de uva cuando penetrando en el vino.
Y yo agazapado en mi todavía posibilidad.
Hago entrega de esta intriga que motiva mi misiva.
Así como un llevador de guitarras
Ofrenda su espalda al poder del sonido.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Alucinaciones

Están muy cerca. El aire que está afuera de mi panza, y el aire que está adentro. Son dos aires iguales y a casi nada de distancia: Una piel de panza, el nudo de un ombligo acaso. Pero los iguales se difieren en la situación siguiente: El uno anda desnudo, el otro se ha disfrazado de mí.

Amar a alguien sin conocer su presencia.
Elegir una empanada sin saber de qué.
Entrar en la casa de un desconocido,
que el desconocido muera de un infarto,
y quedarse a solas con la casa del otro que ya no.

La montaña y mis ojos se miran.
Por encima, un cielo de confusiones climáticas y ontológicas.
Por debajo, dos litros de alma embotellada y unos pies de sendero.

Ocurre que una mujer sabe inventar humanos.
Pero el hombre en esa treta no difiere de una pava de metal.

Alguien haga sonar esa consciencia
Que tanto necesita pronunciar su palaba
Alguien destrabelenguas de la momia del habla
Aquella poesía tan sola y despreocupada

No comprendo la pregunta que me hace
¿Qué opino sobre mí mismo?
¿O qué opino sobre mi mismo?
La respuesta:
En todo caso
Todo poema es erótico
Menos éste
Menos esta peste y su orquilla.
De todos modos
Gracias, y ojalá.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Situación Hipotética

Le entendió todo y sólo atinó a preguntar:
¿Nada respetan?
Redondos los dedos flotando sobre el piano.
Cae sobre su cara el aceite de la negación.
O de la libertad, que da miedo a perderla.
Ninguna errata de las yemas, sin embargo.
Una melodía tierna como la tierra más sigilosa.
Lo habilitaba a acariciarse alguna realidad.
Repensarse...
Pues para eso estoy tan loco!
La suciedad me protege de Dios que inexiste
De cada Dios, dicho mejor!
Mucho es demasiado! Si sólo quepo por gravitar aquí.
Así es que al más mediato,
al más recóndito de los entonces.
Le entendió todo y sólo atinó a exclamar:
Dejen dormir!

lunes, 16 de octubre de 2017

Perá

Sol arriero de sombras
Se enojan mis ojos contigo,
Pero nunca mi corazón
Hambriento como todo corazón
Caníbal como todo corazón
Haga lo que quiera esa bomba latente
Recita y palpita
Te pueden perseguir, no te pueden atrapar
Recita y palpita
No te pueden atrapar, no te pueden atrapar
Un veneno se refriega
El viejo vicio de estar bien, está mal
Ahogado en arenas y la mar por adentro
Se que cree que la orilla es la realidad
¿Quién se cree que es quien se cree que es?
Estaré feroz ante él
En un abismo de inadmisiones
Imitando al amor
Esa luz que no me ilumina
Ese crimen sin criminal
Un puñal de sonrisa tuya
Una boca llena de jazmines
Mas ni un pétalo de rastro, ni testigos:
El amanecer se dio a la fuga,
Y hoy la luna no salió.

sábado, 7 de octubre de 2017

Unos besos

Tengo un oso desacomodado en el subconsciente.
Un oso reciente que obstaculiza el estatuqúo.
Tenés una boca tuya, una boca consecuente.
Siempre pudiente tu boca de zarpar por entre los difuntos.
Alto riesgo de espantar al isomnio, mi oso boca tuya.
Los negadores duermen, sus uñas chillan al dormir.

Un cóndor soy.
Un cóndor soy de alas confitadas y la contorsión de los indemnes.
Un aeropuerto en tú.
En tu vientre un aeropuerto, naves galácticas y mejillas bajo cielo.
El infinito presente entre cada milímetro.
La realidad tira errores.
Por ese tubo que se asoma al sencillo vuelo del día semanal del mes mensual.
No me muevo de lo recóndito.
Da error la realidad.

Del otoño.
Del otoño una hoja cae y se prosa sobre tu hombro tan sereno como un renglón.
Una prosa malherida sobre tu torrente de piel fresca.
Una estepa ávida al palpitar de la tinta crujiente con la que se escribe el otoño.
Un cerezo comido, un carozo atravesado y la nuez que cabalga absorta sobre su montura.
Un cogote magullado sin nadie que repara en el aire que falta.
Toda la brisa es ninguna sin su serpiente obligatoria.

La muerte.
La muerte se cuelga como un collar condenatorio.
Aún la boca es tibia pero imberbe sin su verbo.
El piso está inmediato y tan quieto.
El tiempo detiene rígidos relojes, se hace instantáneo el rocío sobre una perla.
El amor no existe, mi amor.
Nadie mira mi lado alado?
Nadie oye mi grito de silencio?
El amor no existe, amor mío.

En este exactamente instante
En que la tierra huele a sabor.
Aún cobriza, aún celeste
Brota la luna entre las nubes.
Y un sendero negro se abre a través del cielo.
Ese ducto termina en nuestra cama.
Y por allí suelta, lunática,
La munición lenta de unos besos.

viernes, 15 de septiembre de 2017

Ladera

Monolito monolítico, teneme un poco.
No puedo resolver el método sin alitas de ñandús.
Una seca y me apuné, ya que crecía bajo mis pies un abismo abismal.
Una seca y me apuné, mientras el fuego prendía fuego la pava.
Hirviendo - el agua para que no quede - Ir viendo.
Una gangrena en el alma, una sangre que me bardea.
La ladera de tu boca que me mueca.
Me decís algo oigo cualquiera.
A la frente muerte un valor que se le invita. O algo así.
Sonrío apenas pues no quedar como un boludo.
Así es el posmo. Sos deseable o desechable. Unadedó.
Y una libertad se escapa de mi pecho y empuña su frase:
Un miedo que existía se falleció.
Una mano en el bolsillo colmillo, de mi suéter que deglute éter.
Las pestañas sueltas naufragan sobre una mejilla. 
Buenos días igual, ¿o no? ¿o seguimos cansando dolores y rojizos conjuros?
Cuento cada uno de los símbolos de la mano que se tiende.
Torpeza y risa son mis idiomas.
Me repregunto, me repregunto...
Un qué lo que me ata? Un qué lo que me mata?
El ritmo del arruinamiento, la palabra error, y tantos adjetivos que me caen como el orto.
A cada razón la anda persiguiendo su desmesura.
Y a cada secreto lo anda buscando una poesía.

domingo, 27 de agosto de 2017

No Necesaria Mente

Montículo dice:
Un hombre agujereado y vivo no se puede lograr.
Un hombre con la boca llena de dientes.
Un hombre de cuantiosa encía para escarbar.
Un ser de vida dura, de muerte blanda.
Constituído todo por vehemencias y fiebres.
Completado el periplo en la ubicación de los labios llanos.

Matufia dice:
Hubiera en esa boca una huerta llena de estrofas.
O de recordatorios.
Hubiera entre sus brazos partes de la unión que lo depara todo.
O de semblanzas.
Hubiera un viento aparecido entre las brisas de su pausa.
O remembranzas.

La incursión en este abismo fue:
- De mente
- Demente
- De opacidad opaca
- De los invitados a la invitación.
- De los incitados a la incitación
Escoge tu propia desventura.

viernes, 25 de agosto de 2017

¿Cómo se escribe? ¿Cómo se pronuncia?

¿Cómo se escribe? ¿Cómo se pronuncia?
Estoy volcándome ilegible.
Bajo unos ojos de tierra.
Sobre una lengua de madera.
¿Cómo se escribe? ¿Cómo se pronuncia?
Lo sintético, lo cinético.
Lo fonético, lo frenético.
Lo pletórico, lo telúrico.
¿Cómo se escribe? ¿Cómo se pronuncia?
¿Fué una astucia lo que me llovió encima?
¿Cómo fluye la quietud sobre la piedra?
¿Cómo nada la sombra tras las espaldas de un brillo?
¿Y cómo se escribe? ¿Y cómo se pronuncia?
Lo intrépido de la pluma en el vacío
El destino sacudiendo dados para deglutirlos
Por incesantes, por detonantes y por arteros.
¿Cómo me escribo? ¿Cómo me pronuncio?
El saco tangencial que me narra la espalda
La transmisión demente que me desemboca en la sien.
Por mal llevado, por explosivo y por aturdido.
¿Cómo te escribo? ¿Cómo te pronuncio?
Si ninguna mutación me muta, ni me mira ni se parece a mí.
Si no hay holgura que me arquee los márgenes
Si transpiro decibeles por las orejas
Si me flotan sus duraciones
En el intervalo de mi cuello
De mi cogote equino
¿Cómo me describo? ¿Cómo me denuncio?
Si me presento, soy de sedimento.
Si me presiento, estoy hecho de orilla.
Si me siento, me tiento.
Si me tiento, te siento.
Si te siento, me disentís.
¿Cómo se escribe? ¿Cómo se pronuncia?
Demasiado desmadrandomé.
Me recojo, me repelo, me distraigo,
me agujereo la sien con cucharita.
¿Cómo se escribiría? ¿Cómo se pronunciaría?
¿O de qué otra manera no sería así?
Aportando mi sitio o restituyendo mi aporte.
Pues hay autores ahuecados por la amnesia
Hay autores desmayados por el arte.
Hay autores con el sueño vanidoso.
Hechos de humo, de esquirla, de noche.
Bajo una puerta de sigilo
De tallo impávido
De jeta sugerente
Rodeada de aire
De aire solamente.

lunes, 21 de agosto de 2017

Señales al cielo del monstruo que soy yo

Señales al cielo, y siendo confidencial mermes tu mano, acustumbrando un lugar en tu ojo, allí en donde lo visto se desenreda, donde la sugerencia de la yema del dedo queda por fin vacía de un viejo modo. Quizá la suerte se fatigue un poco y sea necio el próximo bebé que nazcas, o sea mármol la próxima superficie que sueltes. No puedo prometer lo ajeno, pero me ungüentaré de mí mismo y haré lo que haya, como la furia del nogal que desplaza los terrenos para estirar un poco las patas y sentirse ameno. El día se ha vuelto intransitable y la noche ya no sirve más, vida, es tremendo que ya no te pasees por aquí...

Pasa el tiempo de uvas
Pasa de uvas el tiempo.
Crecen las tetas
Crecen los huevos.
Caen aquellas
caen aquellos.
Y me hacés sentir reciente
Recientemente sido.
De allí que somos comparables
desde el conurbano del infierno
hasta la ternura de los niños.
Pues no existo si no es yendomé
Por una rodaja de baldosa
Bajo un cacho de tinglado
Armando yuntas para unirse
Tope y suelo entre mi sitio
Traigan mate y un alpiste,
y que remienden pajaritos.

Es así de tarde: Una música que aprieta, y el amor pendiente que es amante de nosotros. Y estamos así como árboles que se miran a las hojas, árboles de ceniza, que cómo no van a existir si se acaban de arder. Brevemente necesitaré de un jueves, de dos nubes y tres nueces. Y una estafa comediante y unas bombas de bondad. Gris, gris, gris, crece un humo muerte y que dispara con arco y fechas. Sale un combatiente a enfrentarlo:

El monstruo de hacer el amor
Dinamita gerundios
A él nos sacrificamos como tributo
A su mole ciega que no entiende
Diferenciar quién es cuál y cuál es uno
Y desoye el galopar de sus enemigos
El teléfono que suena, la puerta que golpea
Un bebé que llora, la alarma que revienta
La gente que entra, el marido el novio la esposa y los hijos
Un corso de triángulos familiares y acutángulos invasores
Y el gris gris gris humo muerte precipicio
Pero el monstruo se cierne y les grita aullidos
Tenues e infactibles significantes
Ante mí sus heridas no son verdaderas!
Ciertas, sólo ciertas cicatrices, y la luz lunar!
Traigo al genio amor anotado entre mis fauces.
Oigan lo que se habla adentro de mi boca.
Inútil el tendón que me separa de abrazarte un poco más
Débil el músculo que no tiembla al rozarte
Al albergarnos la piel entera en una vasija hecha de manos.
Hangar que disipa la manía accidental del tiempo y de sus mitos
Con la almohada vestida para la guerra,
Con una bruja burbuja que regodea nuestros sexos
De quién es la pulpa de todo?
De quién sino de yo?
Del monstruo que soy yo.

sábado, 29 de julio de 2017

El hombre invisible

El hombre invisible se vio involucrado. Fin.

El perro y la nube

El perro se enamoró de una nube. Estuvo toda la tarde persiguiéndola. Caminó durante horas, atravesando cientos de kilómetros. Por la noche, la nube estaba exhausta. Había pasado el día entero persiguiendo a su perro enamorado.

domingo, 23 de julio de 2017

El día dirá

El juicio del niño solo, de labios maduros y pieses descalzos
El juicio del sólo niño, entre unas frías paredes de piedra ancestral
Hacia arriba el cielo no ofrece más que nubes.
La humedad casi promiscua completa la escena.
El niño contiene su llanto, contiene su angustia, y contiene también su risa.
Pero no puede contener a una simple pregunta...
¿Ante quién?
¿Ante el puño de qué misterio cabría este cuerpo flaco y con las tetillas al aire?

La puerta se abrió.
Nada hubo ya que contener
Nada ni nadie que ser contenido.


Un joven le hablaba a una luna cabeza de hippie.
La llamaba sólo pensando "¡Luna de porra demencial!"
y no por intermedio de su lengua, que dice poquito.
Sino por el sendero columpio de los mitos.
Pero la luna dormía excelentemente.
Pues un perro no paraba de cantarle
Su ladrido estampida con formas oscuras y patas de caballo
Voy a tener que lastimarte, le decía a su orgulloso destino
y atravesaba con su grito el territorio del arcoiris
Invadía el cántico del gallo y su repertorio chico
Irrumpía a los músicos de plumas y sus canciones decididas
Es que luna, lunita, dijo el perro
¡Hoy estás más nunca que linda!


Dice una pared monóloga:
Demasiados son como la mayoría.
Reunidos en latas para degustaciones de pestañas.
Ser antro es el destino de todo pool.
Y ser careta es que te guste lo berreta.


La charla entre dos fue así
- Vengo a renovar el registro
- ¿Civil?
- Ah
- ¿Nombre?
- En lo recientemente sido, mi nombre fue cuestionamiento
- ¿Edad?
- He vivido un año entero entre amorfos segunderos. No he venido a enjaularme entre los barrotes del calendario. Hoy por ejemplo me dormí por una semana.
- ¿Te gustaría ser un DNI?
- Si mi ser fuese un kilo yo sería de membrillo. Y una vez soñé que existían mundos en los que era difícil existir, y yo existía en uno. Y sino testéenme, ¡manga de marionetas!
- ¿Ocupación?
- Vandalizar burócratas
- Júreme que está libre de toda deuda
- Le prometo no lo entiendo. ¿Cómo un cana entra en su gorra?
- ¿Vista?
- Quienes vamos contra el sol no vemos nada
- ¿Oído?
- En un establo de mármol no hay caballo que quepa
- ¿Psi?
Demencia zen mil
- ¿Tus huevos pesan cien gramos?
- ¡Más pesan! Y no me gustan las rutas de agua ni sentirme embalsamado. Estoy prohibido y pisando el césped, pues desde este pasto nace mi sitio. Y encima vos, joven invadida por la burocracia, sos tediosa y tan hermosa. Cada vez que te soplás el jopo se me alarga la vida. ¿No te gusta mi corazón? ¡Tiene un pueblito re copado! Y te invito una cerveza, que no la vamos a pagar.
- Si fueses vos de globo yo sería de alfiler.
- Si yo fuese de globo, serías vos mi helio. ¡Alma de helio me guíe hasta el cielo! ¡Ese consultorio de lo injusto! ¡Pero en esta esquina no se puede sumarte un beso, ni mucho menos doblar en Viamonte!
- Ciertamente debes girar en U y retomar mucho montón.
- ¡Hiero por un mes y medio!
- Si te tocó comer eso, lo comés, decía la mamá de yo.
- No más precisiones libres de consentimiento. Pies de muerto tendré aún antes de haber desfallecido. Multa a la gente con tos y con corduras entre los pelos. ¡Duda de mí lo duradero!
- Tranquilate, familiar de la falopa. Me enchastrás de verde cronopicidio.
- Sos cruda y tosca, guía de mi vida. No le mientas ni a tu codo. La muerte es re cachivache. Nadie significaría nada si no fuera por su amnesia.
- No dar más vueltas a la situación. ¿Cuál es la hora de ahora?
- Sólo doy más situaciones a esta vuelta única. La madrugada no es un delito.
- ¿No te decía yo?

miércoles, 12 de julio de 2017

Idilio

¡Esperanza!
¡Ahí la tienen a la altruista!
Una reliquia contemporánea
De la época de los héroes
Y tan vieja como el herpes
Se pone una sonrisa como todo maquillaje
Y se divierte sinceramente
de quienes advierten, tarde o temprano:
océanos de la tristeza, vengan a mí

¡Desesperanza!
¡Aquí se viene la desalmada!
Y que participe de mí todo lo que respire
Que viene a ponerse en bolas
Encima de todo ese todo llamado nada
Con sus poderes que pesan tanto como un humo
Y su mirada melodiosa de misterios olvidados

¡Ánimo!
¡Asoma la trompa el alarido máximo de la muerte!
O de una suerte o alguna fuerte,
pues mientras rime.. ¿aquienleimpór?
Pues es cuestión de contagio,
Paciencia de librero y músculos de libro
Qué claro que es aquello!
Un hombre con cuerpo de volumen
Consciencia de página blanca
Y con ciencia de escritura

¡Desánimo!
¡Con poquísimo ser no nos alcanza!
Para andar oscuro como barrio sin focos
Intermitente cual semáforo roto
Con la espalda enorme de un cuento de cemento
En una tarde de raro nacimiento
Y en la que una llovizna se alza prominente
como la muralla sobre la china
desde un mapa invertebrado

Oigamé, capataz de lo sencillo,
Que con su sumo gemido todo lo logra
O que sino lo intenta, o que sino lo malogra
Que con su pie solo incendia hectáreas de piel
Y con su sola mueca cobija un preámbulo de todos nosotros,
Si yo te habré visto, patria querida, en tu vestido hermoso,
Pues merezco un pote de la cascada reluciente de tu pecho
Sentime un poco, sembradora de mí
mole gigante del enorme minuto
fuente impiadosa de ojo único
Y que mira constante
Sin parpadear.

domingo, 9 de julio de 2017

Tamaña

Te respeto, sorete, y quiero que sepas
Lo sensible que me deja tu partida submarina
Entre las paredes subacuáticas de un lecho de inodoro
Plantado sobre un mundo babilónico
Rebalsado de aconteceres que confabulan contra la humanidad
Traslado sobre tu plexo marrón y serpentino, mi grito absorto y parecido
Para que cuando te husmee el hocico absoluto de un perro cualquiera
Sepa aquel perro nocturno, aquel perro del hambre,
Que esa nave literaria hecha de prisas y mates ligeros
Lleva en su tumba amontonados los lunares de mi especie
Y quiero que sepas también, respetado sorete
Que nunca puede un destino ser errado
Y si bajo una resina de relámpagos se atendiese a esta nota
Explicada por una caca sufrida
Como un panfleto lleno de epitafios pero aún sin tumba
Bajo tu torso de secretos, se tendiera impecable
Un clavel del aire arrasado por tu estadía

La historia sigue crónica y exagerada
El perro lame
El perro asume la herida
El perro huye
El clavel se lamenta, te hubieras ido sin mi piel
El perro voltea
Un gráfico los representa
El perro cóncavo
La flor convexa
Dos geometrías atravesándose los perímetros
Pisando el pasto que hay que pisar
Para desabrocharse los escombros
Con la luna de testigo

Mil motores ansiosos jamás se darán por aludidos
De estos hechos suntuosos que suscitan primaveras
Ni la redención aérea de su movimiento
Ni los tatuajes de espuma que llevarán en la voz
Aquel par de enamorados
Que se encuentran hoy como se encuentran cada mañana
Una avellana y un vetusto

El perro dirá en cada beso
Siento toda la cordillera adentro de mi boca
Tan cierta es ella que ya ni creo en mi ladrido
Soy el insumo de una estrella remota
Ya no ladro, soy el viento en un silbato

La planta voluptuosa cada vez más
Expandiendo sus pétalos hasta donde el cielo se procura
Prescindiendo de toda brisa arrojándose a todo viento
Alzando su tallo a la boca animal que la muerde apenas
Aquél de patas ilegibles pero de ojos poetas
Y el clavel como el jinete infrecuente de esa noche derretida

La historia vuelve a la realidad real
El perro masticando caca
Empapelada por un tallo de clavel
Enamorado como todo perro
Sí, de todo lo que mastica
No, de su moraleja de ingredientes

No seas ahora inhóspito, perro incierto
Pues esto escrito es tuyo todo
Tamaña y obesa injerencia
Sobre el cinturón de huesos que te bordea
Y siendo entonces antes yo el escrito,
Y yo ahora el perro que hizo esto
Te guste o no te guste, ciudad panóptica
Mirame irme

Y así se va esquivando humos
Pues en la esquina de los motores
Un auto y una moto se echan besos
Mientras sus dueños los datos del seguro
Y en tanto la luna se esconde avergonzada
Bajo las uñas negras
Del perro peregrino

domingo, 18 de junio de 2017

Distraje

Se fugara de un momento a otro la presencia de la historia.
Y entraran en caos cronológico los sobrenombres matemáticos del tiempo.
Se superpusiesen todas las formas de la mañana de un uno cualquiera.
Con miles de comienzos de cuentos.
Con un puma apurado que ya no.
Con un ave que aclara, Zamudio no es Villa Urquiza.
Con un montón de montos del desmonte.
Con dos recostados sobre una pluma de almohadones descosiéndose de amor.
Con un libro esparcido entre ojos abiertos.
Con aquella que envía e-mails que hieren.
Con un invierno que hiere también mucho.
Con un murmullo ajeno, pero a la distancia delicioso.
Con este siglo de material estanco.
Con quien se prende un cigarrillo y se queda fumándome mientras me deshago sobre su nariz y me empiezo a parecer al cielo.
Con una compuerta que nunca está en su sitio.
Con riesgos táctiles que vislumbran la curvatura de la noche.
Con una vidriera llena de porcelana fría y de alarmas y poca esquina.
Con el potencial de ventana rota que hay en cada piedra urbana.
Con el potente beso de cada labio que no sabe lo que no puede.
Con un semáforo que arde de rojo al vernos cruzar.
Con aquella que predijo cuál era el amor de mi vocablo.
Con palabras que atestiguan que silencian al silencio.

La historia se suicida y no temas jamás más.
La hora de ahora es amistosa como un fútbol.
Y siempre hay una chance de corromperse por un dedal.
Un escudo de dedos mientras cosemos el futuro.
El prefacio de un muñeco reo y atrevido de ladrar.

Y que ladra urgente que.
Doble acoplado atiborrado de cuentagotas vuelca en la ruta del vacío.
Que un zorro astuto quiere influir en la noche negra.
Pero muerta la historia huyó de la noche aquella despavorido.
Una propaganda irreversible la del hombre zorro.
La historia deglutida como un feto fatal.
Animales zumbadores en la cabeza, una cabra en la oreja.
Un zoológico demente que fríe fríos de guirnalda.
Y la historia muerta de risa.
Una nota en la cima del fondo.
Un condominio de la hidráulica y la flotación.
Una viceversa por cada vez que me confundo.
Unanimidades que me azotan la azotea.
Mi axila aclaratoria agiliza el brazo en movimiento.
Como si fuera yo la espátula de un pintor más diestro.
Dieron mensaje duro a mi duro sentimiento.
Adquirite un diccionario nuevo o asimilate necio del soneto.
Ritmo, melodía y armonía dijo Charly, y me desvaneció del espectro.
Soy un ente solo entre entendidos mamotretos.
Visito su concierto cual malabarista manco
Cual alunizado entre marcianos
Cual niño marchándose a jugar solo con el viento.

Has visto la notoriedad de una lluvia de motosierras?
No intento entender tu piel, que es una máquina de suavidad.
Sólo intento acariciarla antes que la clasifiquen acariciable.
Desmembrar los miembros de lo unimembre y sujetar al sujeto que predica lo predicado.
¡A dormir! Me dije
Y me vacié este cartucho en la sien de tinta virtual oscura que me atravesó todo el cerebro.
Gancho cross de izquierda arrimándome la pera al ombligo.
Pero antes de soñar mi sueño vomité lo de arriba y lo de abajo.

Nunca nadie me preguntó con tanto amor si me dejaba de sorprender la luz de lo ultravioleta al sonorizar el colapso continuo de una tela de migajas, tan jodida y transparente que transportaba a una mosca por el aire de su vuelo, un trayecto airoso e incontinente si no fuera por su furia de pócima como de viento, de traidora de atracciones a la masa de su núcleo planetario, así sin ellas un destino aplastado, o de marcas en la costra de su cuerpo negro o de ojos subyacentes que lo pueden todo verlo, hasta el truco legendario de intentar la vista gorda al rededor de los alrededores, pudiendo incluso con esa ciénaga que es el alma y los mástiles de su sombra, habiendo crepitado hasta tan hondo siendo tan bicho feo, ¿cómo es que pudiste tanto zumbadora de lo incertero? ¿y cómo es que ahora tan tedioso es desarraigarme de tu cuero? ¿Cómo te apago ahora pulguita despertadora, con qué disfrazo de razón todo mi hundimiento? Fuí estafado por una mosca, juez señor. Que se me desmenucen los cerebros con un atado de porqués. Así como el agua imita al hueco así quiero yo imitar su rumbo de aleteo eterno, juez señor.

Y quedarme iterando entre pupilas tuyas.
Muerta la historia, convirtiendo mejilla en beso.
Absuelta y abolida, pronando y supinando tiempos.
Pero no te asustes nunca si me sentís algo agitado.
La respiración es paradójica cuando ya no hay más segundos.
Y los relatos, y los finales, quedan raros y son raros.
Mucho son muy raros.

martes, 13 de junio de 2017

La Nimiedad

Soy La Nimiedad. Aquí donde yo soy el Norte apunta a una altura que me conviene. No me vengas con urgencias de calibración ni con recelos de velocidades, que aquí el apuro mío es sólo mi latir, y mi latir es el de un corazón perforado. Perfumado, postergado corazón que se derritió terco sobre alguna madera. Cayó la yuta aquella tarde y la enfrenté con los colmillos de mis amigos, como imponiéndole un disturbio al futuro. Yuta jueputa, llena eres de racia, el rencor es contigo. Pero no tengo más nervios para ese asunto. Que si sigo vivo es de difunto nomás. Voy a avanzar en esta tranquilidad ahora. Soy La Nimiedad y soy muy mala. Tengo la maldad en la yugular recostada. Una vena muerta latiendo en la carótida, y entre mis nueces hay una serpiente en su escondite. Y yo soy sólo un atributo de su peso. Así como un kilo de limón es más limón que kilo, pero un kilo de puro ácido como ningún otro, nunca jamás. Soy La Nimiedad, me nutro de lo pesado y de lo vacío. Con la vida pésima recortada en trozos, trotando sobre huellas antepasadas y con el vaso partido, a la hora acabada del sentido, en la selva voraz de la lágrima, la que me sala la punta de la lengua de mía, de la lengua de mí que soy yo, La Nimiedad.

sábado, 27 de mayo de 2017

¿Esto?

Una serenidad escrita en una servilleta
Destacando su migaja adusta a la sedición
Redimite estatua caída -como que le dice-
Lejana de mi alcance como Bélgica
Una sonrisa de arroz en el plato
Un puño convertido en persona, el comensal
¿Cómo se puede ser tan reacio al formato?
Y quedarse sin preguntas, al reparo de respuestas.
Una voz repleta de silencio regala mímicas al necio.
Un certificado mamotreto lo enjuaga por la cervical
Un deseo blanco le da atmósfera, le da agua
Y un gallo rojo que puede vivir en su corazón
Todo lo nuevo  se vuelve viejo
Materializado por materializar, magnetizado por magnetizar
El otro que estaba ahí se vuelve yo. Me vuelvo mí.
Viene a mi límite y lo cruza.
Recurre a mi nombre, como recurren al suelo los pomelos
Recorre los mejores barrios de mi cerebro
La levadura de la lengua frita
El especialista en inconscientes
Me da un soliloquio de secretos y bravuras
Y encima llueve, tiene usted razón.

viernes, 19 de mayo de 2017

Lavaplato

La esponjita ensimismada en sí misma, humedecida por todos sus orificios interiores así rezaba: "Tengo un error en el esquema. Una burbuja alucinada me prosa sin prisa. Alegadora de sentido la misma, y quién soy yo sin su mucha sapiencia. Quiénes mis temores sin su coincidente demencia. Ay de mi valentía, ese ser profundo y traidor de los miedos, sin ese despliegue intacto y arrebatado, como bombas de paz en un terreno insólito para las hormigas." 
Dice el plato: "Este porro no pega una mierda"
Dice el agua que cae incolora, inodora, insípida y de frescura transparente sobre aquél: "Ah"
Dice la canilla de la cual esta última brota, así como el calor nace del fuego: "¿Acá siempre es así cuando hay que fregar un poco de mugre?"
Dice el lagarto: "Los pibes estamos para bancar"
Dice el detergente: "¿Qué hace un lagarto acá?"
Dice el lagarto: "Tranquilicemonós"
Dice el plato: "Heterosexualmente hablando, me gusta la plata"
Dice una hormiga a otra: "Puesto lo inaudito, ¿qué invadimos ahora?"
Contesta la otra: "Decime fruta alguna, o el sonido del pasto de la noche, o una caída horizontal" 
Las hormigas huyeron, mas las mugres del plato, tanto no.
El lagarto encontró su lugar, mas el plato en tratar la sequedad tanto no.
El domingo quedó estrujado, mas la esponja lavaplato, tanto no.

domingo, 14 de mayo de 2017

Onagro

Un día que ya no recuerdo cuál, pero cómo no recordar cuál día.
Tal día apareció un espanto, alto turbio.
Por no decir un robot cuya mirada es igual a la vida pero en viceversa.
Un brujo de brújula que acecha.
"Acá empieza un rocanrol", se anunció muy claramente.
"Usted es un hijo de puta", contrarresté tan vagamente.
Y giró la perilla de la jornada, y se puso a disfrutar del silencio de mis palabras.
Amainé el trazo de mi traza con ese momento clavado en mi locura, sepultando las más oscuridades posibles y plantándome colgado de la luna a aguardar que mi ser se sobrepase de mi estar.
Pero la racha inmunda, esa paloma submarina, es tan perfecta como la muerte.
Se dice de yo que ví pasar mi ser.
Para qué hacés eso, una vez pregunté, contando días iguales a los anteriores.
Me cuesta tanto a mí andar pinchándome los pies, con el alma en cuestión abierta en dos.
Todo mi conocimiento arrastrado porque de la ropa se me enganchó.
Si ando desnudo como el colega auténtico de la ducha y el calzón.
Mi caparazón seco sobre un costado, y torcido de la risa.
Me propuse un equilibrio y terminé en un trío con el ying y el yang. 
Me ultrajaron los chacras con su sexo, y me almorzaron juntado con mostazas y mayonesas.
Y me pregunto, con qué brazos se boxea contra estas cosas?
Qué horas difíciles aquellas que no pueden ser!
Tomaron aire en un vaso de oxígeno y partículas prohibidas.
Me dijeron cómo estás, arrinconándose a un suburbio que no puede oscurecerse más.
Me encuentro encontrándome porque buscándome me encuentro no estando. 
Intento desfallecerme jugando al fútbol, como pretendía mi yo niño. 
Me encuentro encontrando a los besos sobrevalorados, y lamentando cómo subestimamos a los besos.
Estoy forzando las características de mi hemisferio predilecto.
Inventando unos movimientos que antes tenía pero ahora estaban rotos.
Pasando por arriba sin respeto mi actualidad resquebrajada, arrancando la desfachatez de una esperanza tierna. 
La de volver a ser un monigote entero con cada una de sus partes. 
La de poder considerarme aquel todo que las une, y poder amarlas como todo lo uno que me parte todo. 
Quiero explotar de geometría nueva. Reventar las áreas de mis paredes. Aflorar perímetros nuevos por los alrededores. Reconquistar el espacio sideral que se amontona soñoliento bajo mis contornos esperándome, extrañándome. 
Desguajar de cuajo el éxodo de lo exiliado de mí. Ser mi estratega, mi comandante, el oficial de mi máxima artillería. Ser el timón, el ancla y el viento de mi consuelo gritador. 
Y que si el sueño se arrebata, soplarlo lejos así como el mar revolea sus peces a los ríos.
Me dicen qué querés?
Que no me gusta que me apuren. 
Ninguna civilización alguna me apurará jamás nunca más. 
Pues la tierra está inmunda, y el agua está terrestre. 
Puesto que hay una mueca en todo el resto que me inunda de abejas las orejas. 
Y un desastre de zumbidos, panales y mieles se me engendra en mi adentro. 
Qué quilombo lindo. Como para dejarlo por ahí, y ponerse a leer un poco.
Agarro un Marechal.

viernes, 28 de abril de 2017

Le mir ostobo surunu

Una llama que miente, me mira desde el agua.
Tan alta está, entre dos rodillas y mil peces.
Tan envuelta en los silencios de la mar, que estaba serena.
Serena, serena estaba la mar.

Una obra metalúrgica, trepar hasta tu cuero
Ser soplido de los montes, ser alambre de la luna
Ungido como suero de lluvia sobre la tierra seca
Que encajona arroyo, que deviene río, que alimenta la mar, que estaba serena.
Serena, serena estaba la mar.

Al trote no llores, que llega el momento de corregir tus horas.
Triunfarle lo Saturno a la noche nocturna
Deshacerle Urano con sigilio al día diurno
Y que su jungla de lo disjunto acaricie el ambiente de mono.
Llanto que llora la ley de la escritura
Escultura de letras como aceite de tunas.
Ligera, pequeña y digerida como su sal
Sal de la mar, que estaba serena.
Serena, serena estaba la mar.

Tan tumba de mi vida
Tanto que te debo un brindis
Y te deberé durante toda mi muerte
Que me he muerto sin tu culpa
Sin recintos llenados de presencia tuya
Sin palmeras a la vista que reposen sobre tus espaldas.
Sin esos mecanismos del paisaje por lograr un cenicero rotundo.
Sin una bella mariposa comunista, de párrafos cristálidos y plateados.
La plaza es de los pájaros.
Los peces de la mar, que estaba serena
Serena, serena estaba la mar.

Una sapo muere a palazos cada día
Y cada noche sueña con la cabeza partida
No sea cosa mucha ni sea cosa buena
Una orientación desubicada de una plataforma de piedras.
Lo que me queda de ausencia entre tropiezo y tropiezo.
Un ciclo de frustración, vuelco y treta
Y sin embargo permanezco permanente
reflejando el contenido de algún cielo
perforando una nada con hábitos de miel
y lanzándome en salto desnudo a este vacío
dondequiera sea que éste termine
por debajo estará la mar, que estaba serena.
Serena, serena estaba la mar.

martes, 25 de abril de 2017

El próximo jueves pasado

Dónde están las bocas de los avispones que me pican poco.
Hagan el invento, intentadores, de mordisquear el planisferio por cada uno de los polos.
Hagan el intento, inventadores, de jugar a los colmillos con el hielo del glaciar.
De navegar hasta que no quede ya más mar.
O que ya no den más ustedes de naturaleza.
Ay libro sin hojas, no valores tanto al viento.
Aquél te voló las notas, que ahora reposan en su aliento.
Pero vos ahora, libro vacío de pareceres.
Te queda un corazón infinito, lleno de Dioses.
Con bandera patafísica por tus callejones.
Viento gélido cuando verano.
Hirviente otoño en cuanto viento.
Retira el núcleo gustoso de la habilidad de hablar.
Hallen ahora lo que hablase, aventureros de la propulsión.
La comparsa mortal se predica sola y sin preludios.
Entre mi tuyo y tu mío, entre nuestro nosotros
Que de ellos, será nunca.
Te abrazo crujiente, estómago de mamadera.
Bombardero de mi esperanza bajo misiles de mieles.
Tendaderal de tenderos para el tendal.
Y yo que me masco la razón.
La razón en desgobierno.
El mandato que se me escurrió.
Si un Pugliese desfigurado no pudiera silbar un Tango
Menos yo cabría en esta pulsión de piletón.
Si el especímen del trigo que te digo.
Había de lucir al pueblo en la vertiente
Si había que ir caminando bajo un bemol
Aborreciendo a lo biótico y su comandante
Gestando cada tuerca para el motín
Derribando serpentinas septentrionales
Que las siento como candado sobre mi nariz.
Mi método médico fallando por los costados
Vistazo al costal de los folletos que vislumbran mis carencias
Un zarpazo de remo falluto pero gallo como ninguno.
Mínimo niño de arroz, o niña de molino
Me abarcan la barca cual rayo solar.
Cual rato lunar entre cosquillas.
Enseñanzas de la madre cereza.
Puesta a plotear verdades en el shablón de mi estampar.
Viva el cumpleaños de esa mesa.
Adonde esté apoyada nuestra paz.
Dejémoslo por acá.
Que hoy es más temprano que ayer.
Y nunca pude hacer nada.
Sin intentarlo después.

En el andamio

Piezas de sol
Encastran exactamente entre tus pupilas
Amanezco atareado, jugando al rompecabezas
Una mano imaginaria sale de mi frente
y arma el juego entero sobre tu cara

Me vuelvo loco al saber tu nombre
o que en un rato te da sed
y te recito un tecito
y me digas que soñaste
que la muerte es un cachorro tierno

Y yo que soy renglón febril
de un poema enfermo
Tuve el sueño de una algarroba
que mimaba al rinconcito de un pincel
con tinta fresca que aún pintaba

Un dialéctico rival
Sueño del uno, sueño del otro
Gorriones trepidantes de selvas anónimas
Pueda ser éste
el escrito más inútil de mi abismo

Yo tendría que haber vivido cerca de tu cuadra
Yo tendría que haber ido a tu escuela
Sentarme junto a vos en la primaria
Aprender a escribir a tu lado
Una cartita intensa

Pero hay gente con gesto de lechuza
Abanicos que desordenan el aire
Ecos que desmienten al grito
Y finales como éste, inexacto desde antes
Del estado inflexible de su hacedor

domingo, 23 de abril de 2017

Estribillo

Hay una gota de agua que renunció al mar en mi salsa de soja. Su inicio y su trayecto son difusísimos, pero me produce fuego en la cabina de mi lengua, como si un paquete de dioses llegara un día a la casa del ateo. Tal cosa es como mirar tal lejos. Una lágrima de mi sustancia que renunció a a la sal. Rabiosa como quien tiene sexo con sus dudas, y se queda esperando lo que ya sucedió, pequeña como el pez irrisorio que desconoce los costados de la pecera. No me charles de dioses, que Dios es uno y está gagá. Dios, ese hombre que vive incrustado en una planta, y en las demás. Con los ojos trabados entre las hojas, con el alma metida también adentro de un perro, y de todos los demás. ¿Y qué si así fuera, y qué si así no? Dios como estribillo que no rima con ninguna melodía. Me tocó ser confuso, admitamosló. Pero hay cierta metodología en este quilombo, así como hay cierta meteorología en los suburbios de la calma. Aparentemente imposible despojarme de algunas ignorancias. Será en mi día final que me despelleje las carnes intentando buscar alguna verdad por debajo de la piel. Como si algunas respuestas se hubieran exilidado en mi interno contorno, como un largo papel. Y por fuera la totalidad del cuerpo enmudecido, con la sola excepción de mi lengua ciega y sorda. Habita en esta persona un monstruoso que se propone dictar teoría cuando el alma se hace la ruda pero pone cara de pedo y en la práctica es una naturaleza lastimada. Uno no hace más que transitar los límites de su misterio. El entusiasmo religioso de la limitación humana. Si cuando duermo tengo un ruido en la nariz, si me asombra toda luz, si las noticias me son hondas, hasta mi espacio más último, la curva de mi caverna.

sábado, 15 de abril de 2017

Desaceleraciones

El carpintero que soy yo serruchaba como un serrucho.
El pájaro alado al lado me silbaba baba.
Una urraca tozuda, simbólica, de vuelo raso, pero sin vuelo de ahora.
De pico que raspa, como pájaro reposando en el pensamiento.
El carpintero que soy yo piensa:
Todo el tiempo estamos construyendo ganas de hacer pis.
Lindo día para curarse de algo.
Me equivoco permanentemente.
Un pájaro canta hasta morir, el árbol ergo deviene féretro.
Y si en vez de serrucho llevaba yo alas, el zambullido era yo.
Una cuestión de atuendos.
Al que murió de un tiro le vaciaron un cartucho de disculpas.
Habrá pensado el pajarito
Apuntá mejor la vez que venga.
Apuntá mejor la vez que vengas.

Ansiando el amasijo ese amaino la vaina
yo que soy árbol de tronco sólo
yo que gallo de pico raudo
yo que traigo traído mi residuo
y una epopeya de avanzada
protegida, la indefensa
como uña xxxxxxxxxx entre dientes
a fuego lento asaré mi mambo
que vuelta y vuelta se arrebata traidor

Mientras:
El fuego se mancilla en la fogata.
Mi almuerzo desentona rúcula.
Se me traba la herramienta.
Entre lienzos de madera.
Que juegan al liderazgo.
Evitando la cuchilla.

Una vez en un bar escuché:
- Tipo: "Quiero un sánguche de sal"
- Mozo: "¿Dulce o azucarado?"

Dios es. Múltipl chóis:
- Fosforescencias.
- Contemplación suprema de una faena de boludos.
- La posta de la milanga
- Un collage como éste
- El que armó el mundo, es decir, el autor intelectual del armamento mundial. Obviamente contratando flete pues las armas las carga el diablo.

No se si me pasó esto ayer
o hace cuántos años de que yo
me impregné de un conocer:
somos inviables
somos incurables
somos iguales al azar
idénticos al albedrío
somos una espuma
estrujando piedras en el mar

Intitulo el infortunio
informe del infierno 
resalto el resultado
gestando la proeza
la virtud encadenada
abrigándome de vicio 
remontando broches sobre mi ropa 
una cascada de decires que amedrenta
sáquenla de mi sangre
yo no uso casco para cascotazos
me abren la cabeza en tajos
se me hunde para afuera el hirviente
mi cerebro infundido en el mundo
sobre mis dientes que amanecen una siesta

El pájaro carpintero
me empapa con nubarrón
me trasciende la estadía 
me estaquea la mirada
en el medio de la mitad

Necesitas flashear en este día gris?
tengo la disolución para vos
tomate un carqueja
como catequesis que quema tus venas
un catéter de potasio
una gota de esperpento
de mirada estenopeica
un corazón de cráter
la envoltura de tus tetxs
enroscar ese corpiño
con mi mejilla más soñadora
un tirano de titanio
una aguja en el tiempo
se me clava en el futuro
me asesina la eternidad
quisiera ser hamaca para tu niña

cuando me mira el ojo tuyo
se me vuelven los vientos
se me vuelan los techos
se me desprenden los pieses 
acostumbrados al mal cemento
miro con cuidado
los vaivenes empedrados
del adoquinado porteño
no sea cosa
un aterrizaje forzado 
me parta la tibia 
el peroné luxado
ya estoy listo desde el cielo
las estrellas que me miran
como el búho trasnochado
con sus ojos de atardecer
a mil soles les decimos estrellas 
sólo por estar más lejos