viernes, 25 de enero de 2019

La naturaleza revolea cóndores

Entre una cima y otra cima y otra cima
sólo caben los huecos que las circundan
Pero abracémonos ¿sabías vos? dijo la falsa cumbre
Pues un desequilibrio me dejó un búho
En el súbdito pasillo de mi sendero animal
Vos tendrás tu flora y tu fauna, otra cumbre naciente,
Compartámoslas, ¿sabía yo?
Dejemos nuestros animales lamerse
Por el retazo de un ratito
Podremos describir escribir
Pero la pluma del bicho será más sapiente
Es la que sabe volar, cosquillear y transmutar en un ave solemne
¿Nos sabíamos? ¡Quién pudiera!
No comprenderemos la disputa galáctica de los billares del cielo
Pero sí que somos un par de predios del tiempo
Si la muela duele, que la suela vuele
Hasta el ancho de lo vasto
Aquel jamás descrito
Por frase ninguna
Que se escriba de a oraciones

sábado, 19 de enero de 2019

Deshazte

No hay una bisagra.
No hay un bosquejo para la acción.
Sólo el preludio amargo.
De lo que ya sabíamos y no queríamos de nuevo.
De lo que ya conocíamos y era página arrancada de todos los libros.
Griterío bajo la grieta.
Xilofónico aullido adentro del más agujero de todos los mismos.
Lloverán aguas en la nube más próxima que se adentre
Como si fuera un monosíolabo en un diálogo de un cuento para ansiosos.
Como si fueran dos rugidos escondidos bajo el nombre de los dientes.
Que tienen sujetos residuales entremedio.
Que las caries hacen cola por conocerlos.
Que el conocimiento es un placer siempre.
Incluso cuando se trata de las calamidades que nos estudian.
Nos relevan y analizan y diseñan nuestro destino, y lo validan y lo implementan y lo llevan a su suerte y lo inflan y desinflan con oxígeno prestado y lo retiran como si nada hubiera pasado, como si todo fuera futuro, como si la manera de existir pudiera intercambiarse como una pulsera con muchos agujeritos, uno para cada flexibilidad.

viernes, 18 de enero de 2019

A le gato

Un sencillo poste.
En su sombra se multiplican los acervos del adoquinado.
Es una cultura el borde redondeado que lo constituye como rededor perimetral.
Cualquiera que socavara o sacavase o hubiere socavado su cóncavo enclave
hubiera sumido en artificio la melodía (si música hubiere sido)
o la pinturesca (si la visión de una vista hubiere conmovido)
o arquetípica de los sabores (si sometida a una lengua)
o reducción aromática de la oxigenación (si se hubiera cubierto de la estirpe del hedor)
o cualquier otro sentimiento de nuestros sensores animales
o cualquiera otra objeción a la nada

Si esto fueran unas oraciones fáciles
Unos párrafos bien presentados
Yo sería un escritor o estaría en un velero
O habría un sol rabioso abriéndose camino entre mis bellos
O existieran seres cuadúpedos y alados ofreciéndome un periódico
O tendría zoom en el iris
O tendría voluntad sobre la pielcita colgante de mis orejas

Pero la realidad es un conjunto de situaciones irreales
Pero ejércitos de glóbulos en mi sangre se la pasan estrangulando enemiguitos
Y una molienda de migas que se repiten me coloniza el maxilar.
Y no puedo más que sostener mi caída libre.
Vivo cayendo, sí.
Pero vivo libre.

sábado, 12 de enero de 2019

De este lado de este lodo

Una oruga me persigue desde mi nacimiento
Nunca viré para consultarle sus ansias
Si es que son de muerte, o si son de caracol
Una vez la miré solamente
Y no le encontré los ojos
Pero me hallé a mí
En la electrocución de sus antenas
Y en todos los dibujos lentos que sus trazos dibujaban
Como si el aire fuera una pizarra
Donde su extremo fuera la tiza
Y el tiempo el pizarrón
Será un gurú baboso
O una bestia húmeda de la divinidad
Qué importancia tiene
Mientras yo pueda ser este humano
Aunque más no sea
un humano perseguido