martes, 28 de junio de 2016

La ciruela hace bien

¿Hasta cuándo vas a rayar la mesa, sin discernir una sóla fórmula de la canaleta resultante? ¿Hasta cuándo el ajetreo de mármoles devoradores de mármoles, de jerarquías caníbales reposando en casilleros, y esa hinchada de peones en avalancha para travestirse y reventar el tablero en diagonales? ¿De qué te contentaste cuándo? ¿Los albores de su piel? ¿Los rubores de su miel? ¿O sólo cuando tu septentrional contra su esfínter? ¿O sólo después de los ardores calmos, de una mano vacía de otra mano, de la sed que siempre llega demasiado temprano?

Tengo un augurio estomacal, un garzo de sirena me cruza la sien. Una piedra en el camino, una piedra en el zapato, y otra piedra en la vesícula. Me agarro un huevo y me hago un omelette de persignaciones. Lo condimento de tosudez con un ácido adiós. El ejercicio de latir como bombo desconado. Desde que tengo  memoria que me habita lo asimétrico, así como la rosa habita al rosedal.

Por vanagloriarte el metatarso soy capaz ser yablón y manigueta de tu serigrafía, el estandarte del orificio hiperkinético, el consuelo tierno para una bandada de ancianos que me convidan sus ciruelas. Pero me vuelvo lunático antes de alunizarte. Tengo un desconcierto molecular, las caléndulas difamantes, y me olvido de besar. Y da una nueva vuelta tu carrusel endemoniado de sortijas que desenmascaran mis condenas descascarándolas como a una nuez. Y me tatúan el futuro y no lo puedo contener. No te hagas el apuesto, ramillete, se dirigen sus palabras hacia mí. O sos el pez dorado, o el gusano que lo muere.

lunes, 27 de junio de 2016

Terminal

- "Rosalinda! He venido a dejarte mi pensamiento, ése jabalí curioso que quiere hacer su firulete todo el tiempo. Eres la índole de mi cosquilla, no te miento. Mi corazón, fulgorcito acorazado, me promete estar sangrado cuando te veo. Esa es la sinceridad que me colma el habla. Esa la maleta de sentimientos con que me planto cual helecho en los jardines de tu soslayamiento."
- "Oh, Romualdo Septuagésimo. Mi soslayo te recibe como espalda de pavimento. Lo hectométrico y lo hirviente, no son sólo un condimento. Soy serena y revoltosa. Una es posta, la otra miento."
- "Ah, Rosalinda primerísima! Me enciende tu poesía hablada cantada como vela alzada al viento. Como sordo enceguecido me revuelvo de contento."
- "Revolvete para adentro que en mis labios no quepás. Dos árboles mellizos me acorralan, y me ahueca la piel una rama, y te pincho la rima y y te troncho la trama. Apelo a la refundición ya que hay una alternativa más mejor de mi mujer que soy. Y mirá qué irónica la sed que tengo, se me está empapando la garganta con tu intento."

-"¡Rosalinda es tan hermosa, Rosalinda es tan hiriente! ¿Cómo puede ser tan sincera? ¿Cómo ejerce con ternura, su figura divertida, el acto tan audaz de fustigar zopencos?" Pensaba ya Romualdo Septuagésimo tres cuadras alejado de tal fustigamiento

- De repente me depierto y no era cierto aquel encuentro, era sólo una almohada de humedad contra mi baba. Sí que soy Rosalinda, ¿pero quién ese septuagésimo?

- No todos sabemos un chiste. Ni todos sabemos francés. Ni conocemos la voz del sol.

- Y despierto nuevamente y esto es un bondi. Y pienso que los sueños se encadenan como la imposibilidad de cumplirlos. Y pienso que Romulando se adueña de mi sueño. Como si me gobernaran sus estupores, o sus aerosoles, o los planos aéreos de sus aeroplanos.

- "Rosalinda. ¿Acaso debes revisar entre tu memoria envuelta en antígenos? ¿En la guantera de Dios, con sus maquillajes polivalentes? ¿En el guante del diablo, con su destino de tantas miserias, adornado en sus dedales?"

- Y despierto, despierto despertada. La frente machucada contra la manija de la ventana del bondi de Buenos Aires. Soy una estrujada."

- "No me brillés en la cara, voluntad de cachiporra. Con tu lagaña admirando lo que sucede, y tus alertas de palito demarcando pozos en la arena. ¡Ojo que aquí no es nada cierto! ¡Ojo que quien habla grita desde tu sueño! Pero haceme el favor y aflojame los surubíes, soñadora voluminosa. Una persona sin personalidad, es un compartimento sin comportamiento. El helecho a la maceta, y no te escandalices con la tasa de natalidad de la semilla yugoslava. Ni te me disuelvas, que escribí algo para vos: .."

- "Piba, despertate. Llegamos a la terminal."


domingo, 19 de junio de 2016

Estamos invitados a

Rectángulo: Tomar el té
Acutángulo: No hay nada más que té
Obtusángulo: No sea obtuso, ángulo. O mejor dicho sealó un poco. Si hay té al menos hay también agua, agua caliente, hierba y hierba caliente, todo eso además de té.
Rectángulo. Quiero té, té y nada más que té
Acutángulo: No me busque, cocorito, que me puede llegar a encontrar.
Obtusángulo: Lo busco porque tengo mi radar positivo negativo, aunque le juro que sólo detecto paralelepípedos poliedros, y otra sarta de superficialidades o superficies.
Acutángulo: No me encuentra porque tenemos al señor té en el diome
Rectángulo: Té de tilo. Té de taza. Té torrontés.
Obtusángulo: A ese otro no lo puedo ni ver. Es mi límite, el insurrecto. No lo entiendo, pero lo tiendo, mentiende?
Acutángulo:  Cuál el mandato tuyo? Cuál la comisaría de tu fallo? Cuál la justicia que te adeuda?
Obtusángulo: Mis crímenes los cometo yo, los rezo yo. Uno por uno forman el aparato de mi tecnología. Son el equipo radiofónico con el cual me coso el cierre de los ojos
Rectángulo: Tecito, tecito. Tomito tecito.
Acutángulo: Como si fuéremos las ideas de Platón chamuyando nuestras leyes. Como si fuéremos la fábula del corazón del universo, al que aludiere su barbudo sucesor. Ay de quienes hallen neutra nuestra sombrilla, si sobre ellos se cierne la sombra que en su lecho respira.
Obtusángulo: Lo siento agudo, compatriota. Y le repito que Patria es nuestra casa. Patria hemisférica por cuatro. Patria cartagenal.
Acutángulo: Octogonalidad querrá decir, bestia mamotrética. Hereje de los numerales. Abecedaria en exilio. Hágase su trompa muda a la integral de mi oído.
Rectángulo: Té de tregua

viernes, 17 de junio de 2016

Próximo Paciente

- ¡Próximo paciente!
- Permiso doctor, vengo porque se me atascaron las relaciones entre los músculos y sus nervios. Entre las mucosas y las arterias que de ellas no dependen.
- Diga 33.
- Treintaitrés. Vengo porque estoy perforado en mi orilla del sur, y mis tejidos y arquitecturas internas se componen ahora de asociaciones nuevas, de elementos agregados, muchos de los cuales funcionan poco y desmantelan todo lo óseo que había en mí
- Diga 47.
- Cuarentaisiete. La controversia es importante. Si le explico por qué, le seco la risa. Es importante explicar el por qué, pero por qué es importante no me lo explico. Cuál es su nombre? El mío está tipeando manuscritos sobre la humedad. ¿Cuántos siglos lleva este monoblock sobre el que estamos parados?
- Diga 778.
- Setescientos setenta y ocho. Si me inflamo será culpa del pesado que inventó la paquidermia. No sería amuerzo cómodo para las boas constrictoras, creamé. Demasiado árido para las vizcacheras.
- Diga 8311.
- Ocho mil trescientos once. Perdonemé que vengo de impresvisto, con marcas de almohada imperdonables y algo escaseado de los argumentos amables de la medicina moderna. Pero fijesé si no ando abundando de escaceses.
- Diga 64982.
- Sesenta y cuatro mil novecientos ochentaidós. Amueblado ando de flaquezas, le digo. Y con la frazada llena de pelos. Achinando los ojos para captar algún subtítulo. Pero el tiempo me sigue arrojando sus renglones maullados, como si fuera un gato asintótico que busca mimos después de un tendal de rasguñazos. Y será por eso que vengo, doctor.
- Diga 290805.
- Doscientos noventamil ochocientos cinco. Entiendamé, doctor. Miro al tirano felino y le escupo. Llevo clavada en la nariz la bisectriz de tus retinas, gato filoso. En la ronda de los muertos yo me asumo perdedor, gato kilometraje, desenvainaste tus vainas en fila contra mi cordón, gato cohete, gato explotador, me infiltraste tus andenes sin tren, pero me rajo de tu secta, ahora que estás durmiente te dejo partido en dos entre vía y vía, y si bien ya no pasa más, quién sabe igual hacia dónde me llevarás, gato transportista, hasta dónde viajarías por mí, a enamorarme de qué pasiones, gato tamaño, y qué vamos a hacer por vos también, con todo ese perímetro infinito que se te fuga por todos lados, aunque sea la misma lluvia que nos trajo acorralados a este monoblock de hospitalidad.
- Su numeración está intacta, es envidiable. ¡Próximo paciente!

Sucesos del suceder

Me acerco a tu cerca.
Me motiva un motivo.
Me conmueve una conmoción.
Te quiero querer.
Me muevo mover.
Entro en la entrada.
Aparto la puerta.
Te veo a la vista.
Miro tu mirar.
Digo un decir.
Sonreís una sonrisa.
Siento tu sentir.
Late mi latir.
Beso tu besar.
Amamos el amor.
Ajusticiamos la injusticia.
Soñamos sueños.
Viajamos viajes.
Comemos comida.
Jugamos juegos.
Bebemos bebida.
Dormimos dormir.
El pasado pasa.
El presente se presenta.
El futuro no futuriza.
Te apartás aparte.
No vuelvo a volver.
Olvidamos olvidarnos.

viernes, 10 de junio de 2016

Afrenta

De un verde oscuro, se nutre mi sueño esta noche. Una suerte de cosquilla me pinta las paredes del abismo que llevo boquiabierto en el abdomen. Clavame un momento, pincel. Palmeame o te desmiento. O el día que revise mis luceros, te reinvento. Así sabré, si tu efecto es sanador. O si no.
Una nota repercute en el lugar vacío de la memoria. Me gusta la versión acústica, no extraño al recuerdo. Cada paso de su andanza queda fijo como un membrete. Como un sello quemando la piel. Como el sol cuando aparece, y las sombras vuelven a poblar el contrario lado de todas las cosas .
Esta no es su noche. Pobre fiera la luna mía. Redondeándolo todo con su curva de plata. Acariciando mi mufa pero sin exagerar. Estás fresca, luna grave, y me hace eso que te quiero más. Te aleteo como pajarito nuevo, con mis trazas de flamenco roto.
Madrugada de gresca me acorrala. De libros que muerden. De palabras que mastican, que me obligan al pensamiento, que me trotan el sentimiento, que me signo de interrogamiento. Tú no tienes consistencia, me dicen. Sólo eres el túnel de unas imaginaciones bastante fuleras.
Yo les digo.
Me la banco, palabras.
Manga de prepoteras.
En cualquier esquina.
Vengan por mí.
Vengan de a una.